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Los formadores de pezones de Medela se caracterizan por ser una membrana flexible y suave que se ajusta de manera precisa y cómoda al pecho proporcionando una ligera presión que ayuda a dar forma a los pezones invertidos o planos, preparándolos así, para la lactancia. Disponen de un único tamaño para todas las madres y su discreto diseño hace que no se noten bajo la ropa. Libres de bisfenol A.

Algunos bebés tienen dificultades para agarrarse a los pezones planos o invertidos, lo cual puede impedir el reflujo de succión y además producir dolor en los pezones. En esos casos, los formadores de pezones de Medela funcionan aplicando una ligera presión sobre la areola (el círculo de piel de color más oscuro que rodea el pezón), facilitando la salida del pezón hacia fuera. Estos formadores pueden empezar a usarse a partir de la semana 32 del embarazo. Sin embargo, si se padece de cuello uterino incompetente (debilitado) o existen posibilidades de un parto prematuro, se debe hablar primero con su profesional sanitario antes de utilizarlos ya que la estimulación de los pezones puede provocar contraindicaciones.

Se recomienda empezar a usar los formadores de pezones una hora al día e ir aumentando su uso hasta alcanzar aproximadamente 8 horas al día. Si fuera necesario, puede seguir usándose tras el parto, entre tomas, evitando su uso por la noche para no desarrollar sensibilidad en los pezones. Éstos, estan formados por dos piezas: una membrana de silicona suave y flexible y una copa exterior con orificios en la parte superior que favorece la circulación del aire evintando así la humedad. Para su correcto uso, primero se coloca la membrana de silicona sobre la copa asegurándose de que queda bien fijada por los bordes. Tras el montaje, se coloca el formador de pezones en el interior del sujetador, con la abertura de la membrana centrada en el pezón. Los orificios de ventilación deben quedar bien orientados hacia arriba.

Al igual que los distintos productos de lactancia, los formadores de pezones deben mantenerse limpios. Se deben desinfectar antes de utilizarse por primera vez y una vez al día con posterioridad. Para ello: se separan las dos piezas y se colocan en un cazo con agua fría, preferiblemente agua destilada. Si se usa agua del grifo es recomendable añadir una cucharada de ácido cítrico para evitar los depósitos de cal. A continuación se hierve el agua durante cinco minutos. luego se retira el agua con cuidado y se colocan las dos piezas en un paño limpio para que se sequen. También se pueden usar bolsas de desinfección para microondas.

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